domingo, octubre 08, 2006

Pies de Plomo

En Rusia, o te andas con pies de plomo o estás muerto, lo que viene a ser lo mismo. Aviso a navegantes “coordenados”.
Todos los días se produce algún incidente, y los más ilustres o conocidos cadáveres acaban saliendo en los papeles, por aquello del olor a muerto. San Petersburgo siempre fue una ciudad donde se respetaban ciertas reglas de honorabilidad. Ya no. Los moscovitas se imponen, aunque el autócrata Putin, con todos mis respetos hacia su forma de entender a la Madre Rusia con sus hijos de pu** incluidos, sea de por aquí. Ya se sabe, en el cesto siempre hay alguna manzana “podridilla” a la que hay que separar del resto por su bien. Felicidades Presidente por su 54 cumpleaños.
Ayer cayó abatida en su casa de Moscú Anna Politkóvskaya, periodista crítica para con el Kremlin. En paz descanse. Zimin, Makeev, Nóvikov, Dómnikov, Skryl, Klébnikov, Sídorov, Ivanov, Gulíev, Varísov, …no llevo la cuenta de los “retirados” del mundo de los vivos, pero por aquí las “fricciones” informativas, económicas, sociales, deportivas…se arreglan así. Para que van a andar con tontas trifulcas legales de sala en sala de lo civil o lo penal, con su consiguiente pérdida de tiempo (y hablando de plomo y muerte…) pudiendo tirar de un clásico como Tókarev en TT33 bemol, Makárov o Kaláshnikov y su obertura AK-47. Siempre acaba perdiendo el más débil…pero…¿Dónde no es así?. La corrupción es el lubricante del sistema oligarcoautoeconounicrático que gobierna el mundo que vivimos, siendo parece que los suizos los mayores corruptores, por motivos evidentes de liquidez. Abramóvich, Berezovsky, Jodorkovsky, Gusinsky, Potanin, Friedmann… ricos contra pobres, fuertes contra débiles. Entendámonos, Goliath contra David, mismamente. ¿Era a la inversa?
Justicia, al fin y al cabo. Lo justo para unos, injusto para el resto, aunque siempre Justicia. La mayoría no tiene por qué estar en lo cierto. ¿Sonreímos mientras nos la meten doblada?. Que cada cual haga lo que estime conveniente, como no podía ser de otra manera. Siempre dependerá del lado desde el que se contemple la cuestión o se ejecute la acción. A mandar.