Noches Blancas LLegando
En honor a la verdad, para dormir las Noches Blancas son un coñazo, pero para pasear son un lujo. La ciudad cobra vida tras permanecer hibernada 6 meses. Incluso el rictus en las caras que se me cruzan por la calle es distinto. Pasan del amorfismo impersonal (expresa redundancia) a cierta tímida jovialidad displicente. Los petersburguenses vuelven a la vida.
Ahora voy a intentar, por tercera vez, que en el Sverbank me hagan la operación que las dos veces anteriores no consiguieron llevar a buen puerto por, según ellos, falta de datos y error de codificación, respectivamente. Supongo que hoy aparecerá un tercer motivo de denegación que, por supuesto, pasará a mi archivo personal de excusas por desentrañar...Y es que algunas cosas (muchas) no cambian.
1 Comments:
escribe mas sobre esas fascinantes noches blancas
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