jueves, noviembre 24, 2005

No parece que fue ayer cuando llegamos a esta ciudad de San Pedro (no confundir con el Vaticano), el Grande, compañeeeeerooo, pero tampoco es que haya pasado un siglo. Simplemente, lo justito, en cuanto a temporalidad se refiere. 3 meses, ni más ni menos. Pero vamos por partes. Después de más de 10 años yendo y viniendo, nos hemos decidido a probar un año escolar (septiembre-mayo). No, nosotros no vamos al colegio. Los peques. El veranito en el Escorial, no penséis que nos hemos vuelto gilipollas. Y el que quiera saber más, a Salamanca. Menuda presentación innecesaria, tonta, superflua, y hasta me atrevería a decir imbécil (va por ti, Trullskin) para lo que se supone serán unas líneas personales compartidas con la humanidad intermirigiritronizántrica mundial. O similar.
Aportación rusa de Alionka: Una vez abandonada la orilla, en pleno puente, debe ser como en tierra de nadie, que precisamente por eso nadie conoce realmente, excepto algunos actores de cine, y me viene a la cabeza Steve Mcqueen en ese pedazo de peliculón, la gran escapada. Pero centrándonos de nuevo en la ruskaya aportatzia (¡¡¡que nooo J!!!) no estamos en ninguna de las orillas (¿2?). En el proceso de cruce, de cables, con la vista puesta al frente, pero pendientes del retrovisor (tiempo y distancia lo de retro). Leer todo el párrafo con los dedos pulgar e índice unidos formando lo más parecido a un círculo, los 3 dedos restantes de cada mano extendidos y entonando un sonoro, hueco, reflexivo ooooooooooooooommmmmmmmmmmmmmmmmmmm
- Lo de/Para/En cuanto a - los niños aquí es una bendición (seguimos sin estar en la Ciudad del Vaticano). Actividades extraescolares de todo tipo y, en nuestro caso, cerquita de casa, excepto el esgrima, actividad hasta la que vamos en autobús para volver andando, por el atasco. Andando, de momento; con más de 10 grados bajo cero ya veremos. Danza, ajedrez, violonchelo, canto, patinaje sobre hielo, modelismo, física cuántica, arameo, marxismo-leninismo…Otras cuestiones serán el comportamiento global de la exigua juventud rusa; cómo los padres, y de acuerdo con sus posibilidades económicas, sociales, educativas,… modelan a sus hijos, no necesariamente, más bien al contrario, siguiendo la directa proporcionalidad; la confusa convivencia, tanto física como metafísica, de los integrantes de familias no habituales. Y más.
Pero esto empieza a volverse impersonal, por lo que diseccionemos al bicho lenta y enmarañadamente, porque el Tao que puede ser expresado no es el verdadero Tao, (más ooooooooooooommmmmmmmmm) como referencia inmediata a uno de los muchísimos libros pendientes que me he traído en el ordenador para leer (¿leer libros?) y en el caso del Tao Te King ya he leído (¿seguro?).
Escribiendo oía de fondo no se qué sobre el románico en TVE por satélite, pero ahora mismo hemos cambiado a los canales locales y las noticias ya no suenan igual. Más bien, diferentes. Sale mucho un señor bajito con cara de mala ostia que realiza enjundiosas propuestas, aunque lo más simpático es ver, oir, sentir y, en mi caso, dudar, una de Almodóvar en ruso. Experiencia religiosa donde las haya.
Pero sigamos ensortijando y despistando, o no-desgranando, a nuestra actual circunstancia. Experiencia que, por qué no decirlo, tampoco es que tenga ningún misterio. Despacio que tengo prisa, con las salvedades y precauciones que se han de tomar en este país. Sencillas reglas de comportamiento y educación, urbanidad en tiempos pasados, además de múltiples detalles añadidos, exagerados en mi caso al ser extranjero. Pero con el palo y la zanahoria, o la cal con la arena, no avanzamos.